Las experiencias positivas o negativas de los clientes tienen un fuerte impacto en el rendimiento de un negocio, así como en su nivel de ventas. El marketing relacional reconoce que la primera impresión es importante, pero también valora mucho las experiencias que el consumidor pueda asociar con la marca.
En este artículo, te hablaremos más a fondo sobre el marketing relacional y cómo puedes aplicarlo en tu negocio para fidelizar a clientes antiguos, atraer a nuevos y aumentar las ventas, permitiendo así que tu emprendimiento crezca aún más.
¿Qué es el marketing relacional?
En pocas palabras, el marketing relacional engloba el conjunto de estrategias y técnicas que se emplean para brindar una experiencia superior al consumidor, guiándolo a lo largo del proceso de compra y postventa con el fin de fidelizarlo y establecer una relación sólida, leal y de larga duración.
El marketing relacional también se preocupa por analizar a los clientes, escuchar sus opiniones y satisfacer sus necesidades para que la tienda pueda cumplir con sus expectativas y la experiencia sea de su agrado. A continuación, te presentamos algunos ejemplos.
La principal diferencia entre el marketing relacional y el marketing tradicional radica en que el primero se centra en cada cliente de manera individual, analizando sus preferencias, estilo de vida y otros datos para ofrecerle el mejor servicio sin importar el canal por el que haya conocido a la marca. Por su parte, el marketing tradicional formula estrategias de manera más generalizada.
Convertir a los visitantes en clientes
El marketing relacional ve a todos los visitantes como posibles clientes y se concentra en atraer su atención, convirtiéndolos en clientes fieles a mediano plazo. Para ello, brinda la máxima atención posible y utiliza todos los canales disponibles para presentar la mejor imagen de la marca a los consumidores.
El primer paso en el marketing relacional es atraer a usuarios para que conozcan la marca. Esto se logra a través de contenido en redes sociales, anuncios en medios tradicionales y en todos los canales donde se pueda anunciar. Cuando los usuarios comienzan a interactuar con estos anuncios, el marketing relacional los persuade para que compren y se conviertan en clientes.
El último paso en el marketing relacional es la fidelización. Este proceso implica la implementación de técnicas que buscan que los consumidores regresen a comprar en repetidas ocasiones en la marca, lo que a su vez conlleva a un aumento en las ventas.
Fidelización y marketing relacional
Como mencionamos anteriormente, los programas de incentivos, recompensas y beneficios están estrechamente vinculados al marketing relacional, ya que se utilizan para fidelizar a los clientes. Este tipo de programas ofrece incentivos o beneficios a los clientes, lo que los lleva a elegir la marca sobre la competencia, lo que constituye una ventaja comercial significativa.
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